¿QUÉ
TIPOS DE ESTRÉS EXISTEN?
Según la Asociación Americana de Psicología, exixten diferentes tipos de estrés, cada uno con sus propias características, síntomas, duración y enfoques de tratamiento:
ESTRÉS
POSITIVO
El estrés positivo surge cuando la persona se enfrenta a la situación con la intención de extraer algo beneficioso. Este tipo de estrés provoca motivación y energía, y es el que encontramos, por ejemplo, en los deportistas antes de una competición.
ESTRÉS
NEGATIVO
El estrés negativo, también llamado distrés, es aquel que produce ansiedad ante una situación que nos consideramos incapaces de controlar. Afecta a nuestro organismo y puede provocar reacciones físicas y psicológicas. Este es el tipo de estrés que perjudica a nuestra salud y que, por tanto, debemos combatir.
ESTRÉS
AGUDO
Es el tipo de estrés
más habitual. Se origina por las exigencias a las que nos sometemos y de nuestra
incapacidad para centrarnos en el presente. En pequeñas dosis el estrés agudo
puede resultar positivo, pues nos anima a actuar, pero si no sabemos atajarlo a
tiempo, puede agotar a quien lo padece y producir graves consecuencias mentales
y físicas como:
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Frustración.
- Dolores
de cabeza tensionales.
- Problemas
musculares: de espalda, mandíbula, problemas en tendones y ligamentos o
contracturas.
- Problemas
estomacales o intestinales: acidez, diarrea, estreñimiento, flatulencia o
síndrome del intestino irritable.
- Taquicardias,
palpitaciones, mareos, migrañas.
- Dificultad
para respirar.
- Dolor en
el pecho.
Este tipo de estrés
se caracteriza por ser muy localizado en el tiempo, por lo que, si se sabe
manejar, no llegará a causar daños importantes.
ESTRÉS AGUDO EPISÓDICO
Cuando el estrés agudo se repite de forma continuada, pasa a convertirse en estrés agudo episódico, es decir, recurrente.
Esta situación se
produce ante:
- Personas
que asumen demasiadas responsabilidades.
- Falta de
organización.
- Elevada
autoexigencia.
- Alta
competitividad.
- Personalidad
impaciente.
- Preocupación
constante.
Esta situación puede
agravar los síntomas del estrés agudo y provocar otros por acumulación:
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Dolores
de cabeza tensionales y persistentes.
- Migrañas.
- Hipertensión.
- Dolor en
el pecho.
- Posibilidad
de desarrollar enfermedades cardíacas.
Las personas que
sufren estrés agudo episódico representan el claro ejemplo de alguien que
ha asimilado los síntomas del estrés hasta no ser consciente de que ocurra nada
malo. Esto puede representar un grave problema a la hora de enfrentarse a
cualquier cura, pues el estrés agudo episódico requiere una intervención tanto
médica como psicológica, que exigirá el compromiso del paciente durante los
meses que dure el tratamiento.
ESTRÉS
CRÓNICO
Cuando el estrés
agudo se alarga en el tiempo, sin periodos de relajación, se convierte en
estrés crónico.
Es un tipo de estrés que surge ante situaciones complejas y duraderas:
- Problemas
financieros.
- Familias
disfuncionales.
- Problemas
laborales.
- Traumas infantiles interiorizados.
o incluso
- Situaciones
bélicas.
- Conflictos
sociales.
Este tipo de estrés supone un desgaste físico y mental que afecta a todas las facetas de la vida y agrava los síntomas del estrés agudo. El estrés crónico es el tipo de estrés más grave y puede provocar consecuencias severas para quien lo padece:
- Ataques
de violencia.
- Apoplejía.
- Cáncer.
- Ataque al
corazón.
- Crisis
nerviosa.
- Suicidio.
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